martes, 31 de julio de 2012

XIII.



Pedí un deseo.



Si me hubieran regalado un deseo hace 6 años hubiera pedido que mis papás no se separen. Si lo hubiera tenido hace 4, hubiera pedido un beso tuyo.  Si me lo hubieran dado hace 2, hubiera pedido conseguir el papel para la novela por la que hice el casting más tedioso de mi vida. Hoy si me lo concedieran... no se que pediría.

Hoy es un día completamente anormal teniendo en cuenta que estamos en invierno y las bajas temperaturas son un cuchillazo a las zonas del cuerpo desprovistas de abrigo. Los descarados 20 grados que hacen obligan a sacar la ropa de medio tiempo que enterré en el placard ni bien el frío apareció.

Me pinte las uñas de dorado, porque el calor me pone de buen humor y el color de esmalte que uso generalmente tiene que ver con mi estado de ánimo. Como prenda superior, tengo mi blazer negro favorito.

Definitivamente hoy es un día diferente a los demás. No hubo tráfico cuando volví del canal, las milanesas no se me quemaron y me puse lo primero que se me ocurrió. Raro raro para ser viernes. Mis viernes son triple c: caóticos, cansadores y alCohólicos (cuando no me agarra el viejazo y esa "c" la reemplazo por la de Cuevana).

Mi humor hoy es indescriptible; estoy en ese punto medio al que nunca puedo llegar. Probablemente es porque se que hoy te veo y los sentidos se me neutralizan.

Sin la charla previa con mi hermano probablemente hubiera estado histérica y hubiera buscado cualquier excusa para no ir a la "fiesta" de hoy. Pero como hoy es un día inusual, estoy en la casa de Hernán, sentada a tres personas de distancia de vos como si fuera lo más normal del mundo. Como si nosotros lo fuéramos.

Hago un comentario poco inteligente, que provoca las risas de todos, incluyendo la tuya. Acaricio mi pantalón de plush bordo, mientras muerdo mis labios (pintados de rojo) y me hundo en la conversación de la que me salí por unos segundos.

Pey, tan melancólico como siempre empieza a recordar anécdotas de años anteriores y me pregunto por qué nadie emborracho al chico para que se calle. No tengo ganas de recordar, así estoy bien, muchas gracias.

Pero al parecer esta fiesta, sin motivos reales más que un porque sí, despierta sorpresivamente lo más sentimental de cada uno de los que estamos. Menos en mí, que no veo la hora de pasar a otro tema de conversación. 

- ¡Miren lo que encontré! - exclama Zaira desde la esquina del living, donde se encuentra un estéreo con una pila inmensa de CDs a su izquierda. Agita y señala una caja que creo reconocer - ¡El compilado de Gesell!

La morocha no vino esas vacaciones, pero nos encargamos de torturar a todo el mundo con los temas de ese verano ni bien volvimos. Cada canción de ese cd trae un recuerdo y con él... Bueno, creo que ahora ya sé que quiero hacer si me dieran un deseo.

- ¡No puedo creer que existe todavía! - dice Flor con una sonrisa y yo levanto las cejas, aburrida. Ese cd es más viejo. Ya me veo a todos bailando al ritmo de "Diva virtual" por toda la casa. Patético.

- ¿Hey se acuerdan de la noche que jugamos a la Ouija? - pregunta Hernán haciéndose el misterioso y te miro, mientras vos permanecés callado. Claro que me acuerdo.


Flashback.
21 de Enero de 2008, Villa Gesell.
Después de 7 rutinarias noches de playa, previa y boliche era lógico que quisiéramos romper la estructura. El jardín de la casa de los chicos estaba plagado de heladeritas con diversas bebidas alcohólicas y la mesa, de ceniceros (algunos improvisados). 
Flor y yo, las únicas mujeres en la mesa, sin tener en cuenta a tres pendejas de 18 amigas de Pey (Julieta, Karina y Yamila). La famosa Juli, es tu pretendiente, y en este momento se encuentra sentada en tu regazo y no justamente por el faltante de sillas. Las otras dos, gatos sin suerte que vinieron por el alcohol gratis.
- ¿Se animan a jugar al juego de la copa? - pregunta desafiante Hernán y se produce el primer silencio de la noche ¿A qué enfermo se le ocurre ponerse a jugar a la Ouija en una previa?
Golpeo levemente el pucho con mi dedo índice, mientras el murmullo se hace presente.
- Yo me prendo, total acá a la noche no duermo - comenta Flor y Hernán le sonríe pícaro; códigos internos entre ellos dos. Si planean dormir en nuestra casa, que vayan desasiendo el plan; yo por más amor que le tenga a Flor, no pienso pasar la noche con los chicos y menos si piensan jugar a esto.
- Yo juego - dice Julieta con una sonrisa y levantando las cejas. Pelotuda. 
- Yo paso - aviso luego de que los chicos asintieran y empiecen a liberar la mesa para traer lo necesario para jugar. Me levanto y busco mi caja de Lucky; además de no jugar, tampoco quiero quedarme mirando. No es que sea supersticiosa pero le tengo respeto a estas cosas.
- Dale Pau, lo hacemos al aire libre - me explica Pey pero diga lo que diga no va a poder convencerme ¿después a la noche como duermo? Seguro los chicos hacen algún tipo de joda en la que van a tomarme de punto y no estoy de humor. Y la verdad, esto de irme funciona como excusa para no tener que verte a vos y a tu amiguita chapando (además lo que me gustaría preguntar los espíritus no pueden responderme). 
- No, posta, no quiero - y las risitas tontas de las pendejas me superan. Me doy vuelta para observarlas, vistiendo esos shorts que no merecen llamarse shorts y haciéndose las capas como si supieran mucho de la vida y apenas saben prepararse un Fernet. 
- Ay que cagona - dice Yamila (creo) y estoy deseando que se atragante con el chicle que esta mascando.
Vos levantás la vista para mirarme y recorro un diccionario de insultos posibles con los que contestarle a la muchachita en cuestión. No puedo caer tan bajo.
- Veremos si pensás lo mismo después de jugar - finalizo sin dar lugar a una respuesta y le sonrío falsamente. Explico que me voy a las escaleras de la entrada para hablar por teléfono con alguien que acabo de inventar y Pipeta me alcanza los Lucky, luego de guiñarme un ojo. Sonrío ampliamente, porque se que significa que las chicas no la van a pasar muy bien que digamos.
Elijo el segundo escalón para ubicarme y observo la gente caminando con bolsas en la mano. Deben ser eso de las 12 y todos están juntándose antes de salir a bailar (de fondo, suena Daddy Yankee con alguno de sus temas; no los diferencio para mí son todos iguales). Le doy una pitada y antes de exhalar miro las estrellas; no hay ni una nube en el cielo.
- ¿Me das fuego? - y bajo la vista para encontrarme con vos, completamente rojo (dato del que no había percatado por la poca luz que hay en el jardín). Y a pesar de tu ridícula imagen, me parecés más lindo que de costumbre. Y tan maleducado como de costumbre.
- ¿"Por favor" ni en pedo no? - pregunto mientras te observo desde abajo y vos revoleás los ojos. Gracias por venir a interrumpir mi paz.
- Por favor, miedosa - y haces énfasis en la última sílaba y resoplo con sorna. Despeinás tu pelo y yo limpio mi cigarrillo de la ceniza; vos tamborileas con el tuyo en la mano, nerviosamente.
- No sé qué hablás si vos también estás acá, rosita -  destaco mientras enarco una ceja y lanzás un "pfff" seguido de una sonrisa. Te cagué.
- ¿Me vas a convidar o no? - insistís, desviando el tema y sonrío triunfadora. Con vos ganar es más divertido que con cualquiera.
- No me dijiste que hacés acá - comento mientras te paso mi encendedor. Te tomás tu tiempo (para responder y para prenderte el pucho, si serás lento) y me muerdo el labio.
- No sé… - que interesante información. Es la nada misma. Inhalás el humo y me quedo pensando en lo que dijiste; no sé si de chusma o por necesidad (de saber por qué estás acá y no allá).
- Cualquiera que la hayas dejado sola a tu amiguita - digo y no puedo evitar el tono despectivo cuando hablo de ella. Me cae mal por gato, no porque haya estado pegada a vos con la gotita desde que llego - Ya que la invitaste, te tendrías que haber quedado - y me muerdo la lengua inconscientemente. Muy en el fondo no quiero que te vayas y además, lo último que dije da a entender como si la bancara. Nada más alejado de la realidad.
- No tenía ganas… - simplificás y parece que querés decirme algo, porque modulas pero luego quedás en silencio. Quizás tiene que ver con las razones por las que estás en frente mío.
- ¿Qué hora es? - pregunto aunque es lo que menos me interesa saber. El silencio es algo que me supera (hablamos del silencio incómodo).
- Las doce en punto… - contestás luego de mirar tu reloj pulsera y mi intuición le erró por unos minutos -  Pedí un deseo.
Te miro graciosa, pero cierro los ojos al instante (no puedo pedir deseos con los ojos abiertos); amo estas cosas. Mil cosas se me ocurren y me muerdo el labio; no puedo ser tan indecisa. Sin embargo, hay una sola cosa que se me queda trabada en la cabeza y no me queda más que pedirla (y me odio por esto); aunque no tenga sentido, ni pies ni cabeza y ni un gramo de lógica dado que lo único que hacemos es pelear, mi deseo es que el juego de la copa sea muy largo. Y que te quedes acá, fumando conmigo mientras vemos a gente más divertida que nosotros pasar.
Fin flashback.

Agito mi vaso, mientras escucho lo que sucedió en el jardín esa noche mientras vos y yo estábamos en la entrada; las bromas que le hicieron a las chicas, los mensajes que recibieron de los espíritus y demás. Me auto-felicito por haber decidido marcharme y tomo un sorbo de la cerveza que me sirvieron.

Me muerdo el labio; incluso ese día cuando mis sentimientos hacia vos eran mínimos y más confusos que nunca supe qué elegir. Qué irónico.

Retiro mi mano izquierda de mi regazo, dispuesta a mirar la hora; por inercia más que por cualquier otra razón. Antes de leer las agujas, siento que el asiento vacío a mi derecha se desocupa; no me molesto en mirar, seguro es Zaira.

- Son las 12 en punto - te escucho decir con suavidad y sin saber cómo no me sobresalto. Solo volteo a verte.

Nos mantenemos en silencio unos segundos.

- Pidamos un deseo - sugiero y tus ojos marrones transmiten calidez. Asentís y por primera vez antes de desear algo, no cierro los ojos; los mantengo abiertos y mirándote fijamente (vos hacés lo mismo) y deseo que seamos vos y yo, de una vez. Pero los que somos cuando nos miramos... los que cuando se observan en silencio, se entienden más que con cualquier palabra.




Amo el flashback. Ya quedan poquitos.

¡Que les lluevan Pedros!

(de cualquier tipo, a elección del lector) 

Besos.

5 comentarios:

  1. AAAAAAAAAAAAAHHH DIOS no podes ser tan genial .. hermos cap los flash back son lo mejorrr!! GRACIAS POR SUBIRR!!...

    espero demaciado el siguienteee!!!

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  2. Hermoso cap, destacando el Flashback. Realmente sos una genia haciendo esto!

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  3. Awwwwwwwwwww qué amorrrrrrrrrrrrrrrrrr. El final re cosi ♥ Copo abandonador, ayer vi el capítulo de Thanksgiving y mis sentimientos por cada personaje están amplificados (¿?) jajaja Seth ♥

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  4. asdjhasjdhasdj este capitulo termino de asesinarme... no nos podes dejar así... dale que subís ahora?

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  5. Es triste que quedes pocos caps. Pero veamosle el lado bueno. Falta poco para el final feliz, o no?
    JAJAJAJA AMO como escribís Lu. Posta.

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