sábado, 30 de junio de 2012

I.




Cara o seca. 


Con vos siempre fue blanco o negro. En realidad, es (creo, porque apenas cruzamos palabra). Nosotros somos blanco y negro sin grises, cara y seca, norte y sur... Polos opuestos. Irreconciliables. Imposibles.

Hace mucho que no te veo. Ver de verte, leerte, observarte. Muy de vez en cuando nos cruzamos por los pasillos de Polka pero solo abrimos las bocas para decir "hola" o "chau". Después, cada uno sigue con lo que estaba haciendo, como si ni nos hubiéramos visto.

Nunca nos llevamos muy bien... En otro contexto jamás nos hubiéramos dirigido la palabra pero Florencia es así... Une Israel con Palestina; con ella no hay fronteras.

Me preparo un café que esta demasiado caliente (y amargo) y exhalo un suspiro tan devastador como liberador. Estoy cansada porque vengo de semanas y semanas en las que lo único que hago es posar por horas y horas y poner sonrisas (no falsas, porque estoy feliz) que ahora me dejan doliendo las comisuras de los labios.

Agarro el libreto, que tengo que aprenderme para mañana, y el ambiente de fiesta de la primera escena me remite a ese verano en Villa Gesell, cuando yo tenia 20 y vos un par de años más.



Flashback.


15 de enero del 2008, Villa Gesell. 


El humo, el alcohol ingerido, las luces tenues, el viaje en colectivo hasta Pueblo Limite, casi en la entrada a la villa. Las ganas de divertirse. Augurios de una noche a las que se esta acostumbrada cuando vas a bailar. Joda.

El olor a Gancia en el ambiente me marea y bailo como si fuera la última noche porque se que si paro, me caigo. Y bastante con tus gastadas (si, tuyas Pedro) durante la ida como para darte otro motivo para reírse. Y no se por qué te reís tanto, que si no traje zapatos altos fue para no mirarte desde arriba. Me corrijo: "mirarlos", en plural porque el Pipeta y una par de amigos más de los cuales no me acuerdo el nombre también vinieron hoy y en tacos tristemente soy más alta. Pero la mayoría están perdidos en otras bocas que no son la propia.

No sé si es el alcohol pero estás más comunicativo que nunca (me gusta decirte así solo porque te molesta). Me sonreís desde el otro lado de la ronda y enarco una ceja, porque no entiendo el chiste. Desvío mis ojos de tu mirada antes de que puedas decirme algo y fijo la vista en el vaso. La verdad es que es poco interesante ver como el líquido azul se mueve cuando agito el vaso de plástico y además me marea, más de lo que estoy. Suspiro.

Miro a Flor, chapándose a Hernán como si fueran los últimos minutos de vida que les quedan en esta tierra y de repente me siento completamente de más. Solo vos y yo, bailando (si se le puede decir bailar a lo que haces), sin el Pipeta que nos abandonó con rumbo desconocido y la parejita feliz balanceándose al ritmo de la música.

Este año me llevo el premio a la amistad, definitivamente; Florencia y Hernán habían empezado a salir hace un par de meses y todavía no habían oficializado cuando en un abrir y cerrar de ojos, llegó el verano y con él las vacaciones a la costa con amigos. El destino del grupo de Nan era Gesell (que es un burdo Las Vegas; pecado, libertinaje, alcohol) y a su cuasi novia, Flor lógicamente, no le gusto mucho la idea de separarse tanto tiempo de él y más en la costa. Entonces la chica en cuestión no tuvo mejor idea que comentarle a Hernán que nosotras también íbamos, cuando nuestras vacaciones estaban programadas en Pinamar, semanas después.

Consiguió el departamento de una de sus tías prestado, su hermano más grande nos llevó y acá estamos, compartiendo nuestros días con Hernán y su grupo de amigos (sin las chicas porque ni locas venían a Gesell) . Y en este momento que estoy sola (solísima) bailando con un vaso en la mano y sin poder prenderme un pucho porque perdí el encendedor en el inodoro del baño, me pregunto como acepté en venir.

Me doy vuelta y te tengo a vos, Pedro, al lado mío, con ganas de decirme algo y tan cerca como nunca antes. Aguardo en silencio.

- Hola - decís claro, pero suave, y me causa escalofríos que recorren desde mi cuello hasta lo más bajo de mi espalda.

- ¿Hola? - respondo y mientras frunzo el ceño tomo lo que queda en el vaso solo por hacer algo. Sin saber por qué, me estaba poniendo nerviosa - Como que estamos de más ¿no?

- Paula…

- No me digas Paula, siento que me estás retando - me quejé.


- Pero te llamás así - refutas y revoleo mis ojos porque tu tranquilidad para hablar me desborda - Igual… no quiero hablar.

- Callate entonces - replico, molesta porque no entiendo a dónde queres llegar y de pronto tu mano en mi cintura me sorprende y el vaso vacío cae en el piso perdiéndose entre los pasos de la gente bailando. Y la música Cachengue de la pista parece cada vez más lejana y tu respiración se hace más fuerte. Producto del alcohol, seguro.

- Prefiero callarte a vos - y tus labios impactando sobre los míos, casi con violencia, no me dejan emitir contestación alguna. Y correspondo con igual intensidad, o más, y de repente estamos contra la pared (no tengo idea de como llegamos hasta ahí) matándonos a besos.

¿Demasiada cercanía entre dos personas que no se bancan?

Tu boca sabe a Fernet, menta y Marlboro. Una combinación extraña pero absolutamente irresistible. Y estoy mareada, pero no por el alcohol, sino porque tus besos me dan vuelta la cabeza. Hacen que el mundo gire al revés. Y extrañamente, no me gusta.

Me encanta.


Fin flashback. 




De torpe (y boluda que soy) me manché toda la mano izquierda con el resaltador amarillo, ese que uso para marcar los diálogos que me tocan estudiar, en este pequeño lapsus que tuve hace unos minutos. Soplo el café que está sobre el individual y me siento, muerta de frío. Amo el invierno, pero odio la calefacción de este edificio.

Paso las hojas mientras en mi cabeza, repito los mis líneas para ir familiarizándome con las escenas. Soy modelo, pero siempre quise ser actriz. Hoy, a mis 24 años, tengo esa oportunidad en una tira diaria con mucho éxito (humildemente hablando eh) y me siento enteramente feliz. Salvo en determinadas ocasiones, por ejemplo cuando me caen mensajes de mi ex, que recién ahora se dio cuenta de que fui la única que verdaderamente estuvo para él. Y hablo en pasado, porque los ex por algo son ex y con Facundo y su egoísmo no quiero saber nada. Ni siquiera sé si estaba realmente enamorada…

Pasado, pisado.


El celular vibra sobre la mesa (al lado del guión) mientras "Give it to me" de Madonna se adueña del silencio que reinaba en la cocina minutos atrás.

- Hola Flooooor - exclamo cuando atiendo, mientras esbozo una sonrisa (y la anticipo porque con Florencia, las risas son aseguradas).

- Bella - me dice mi amiga alegremente - El sábado liberate de todo lo que tengas que hacer que tenemos fiesta.

- ¿Hola como estás ni de casualidad no?

- No - y carcajeo antes de morderme el labio por su respuesta - ¡Buen día zonzita!

- A ver como es lo del sábado… - pregunto aunque creo adivinar por dónde viene el tema.

- En la casa de Pey, en Palermo, festejan el cumple de Pepe y él - y tu cumpleaños había sido hace un par de días. Facebook me había informado (Dios bendiga a Facebook) y escribí en tu muro solo por simple cordialidad un "feliz cumple, pasala lindo" a secas (que parecía un copiar y pegar que se ponía siempre). En la productora estos días tampoco te crucé como para saludarte personalmente y tengo un número de celular tuyo del 2008 que probablemente sea viejo… De todas formas sos un simple conocido.

Simple conocido, simple conocido, simple conocido. Tal vez si lo repito varias veces se hace real.

- ¿Y que tengo que ver yo?

- Ay Pau, no seas mala onda. No quiero ir sola - y ella y Hernán estaban de novios hace mil años (sí, sobrevivieron a ese verano cuatro años atrás) y por eso era que me llegaba esta invitación. Y me cagaba de risa con los chicos… pero no sabía si daba aparecerme ahí si Florencia a la primera de cambio se distraía con Hernán - Veni con Zai, los chicos se mueren - Problema solucionado.

Reí porque me imagine la cara de incredulidad de Pipeta si caía con Zaira a su casa. Quizás no era tan mala idea… y no sabía por qué pero tenía ganas de ir. Ganas de… ¿rememorar viejos tiempos?

Ganas de verte a vos.

- Esta bien - y los festejos de mi mejor amiga me aturdieron del otro lado del teléfono y esbocé una sonrisa.

Un simple conocido… por conocer. 





Holaaaaaa. Les cuento mas o menos como viene la cosa, esto es un mini fic de diez capítulos más prólogo y epílogo. Es un numero estimado, puede alargarse un poco más pero ese sería el número. Es algo que vengo pensando hace mucho y que me moría de ganas de compartir con ustedes.

Espero que lo disfruten y como avise por tw, el próximo se los publico en una semana porque tengo entregas finales en la facultad y bueno... comprenderán (estoy al horno). Gracias miles por todo!

Que les lluevan Pedros haciendo el pasito de los guns. Besoooooo!



Prólogo.


El pasado me quema… más bien tu recuerdo. A veces (muy de vez en cuando), me embriago de esos pocos momentos compartidos y aunque quiero no pensar, mi mente viaja a esos días. No debería sentirme así pero hace un tiempo que decidí dejar de controlar mis sentimientos. De prejuzgar, de mentirme y de negarme; de convencerme que te detesto. Quizás sea verdad, pero una cosa no quita la otra.
Sos ese nombre que se me escapa entre sueños a la noche cuando nadie puede escucharme, o el primero que se cruza por mi cabeza cuando hablamos con las chicas de esa fantasía que ansiamos cumplir. Quiero que el pasado se vuelva presente, para poder sentirte cerca mío. Representas ese misterio que tengo que resolver, lo desconocido que necesito conocer, lo nuevo que tiene que dejar de ser limpio, pulcro e intacto. Una sed que necesita ser calmada. Una asignatura pendiente.